Existen algunas medidas específicas que los operadores y las compañías pueden adoptar para minimizar el fraude en las cajas SIM, pero, a fin de cuentas, ninguno de los sistemas tradicionales de gestión del fraude que existen en el mercado puede eliminar eficazmente todo el fraude en las cajas SIM con una precisión del 100%.
Aunque esto pueda parecer un problema pequeño, y a pesar de que los estafadores mantienen un punto de apoyo minúsculo en el mercado de las telecomunicaciones, supone
miles de millones de dólares en pérdidas cada año para los operadores y para las
non-telco enterprises alrededor del mundo.
En 2020, AT&T tuvo una pérdida potencial de fraude de
3.100 millones de dólares.
Además, en 2019, sólo la interconexión bypass le costó a las telcos de todo el mundo
2.710 millones de dólares en pérdidas, mientras que la cantidad total de ingresos perdidos por éste tipo de prácticas en las telecomunicaciones ese mismo año fue de
28.300 millones de dólares.
Por ello, los operadores suelen emplear un sistema de gestión del fraude (FMS) con la esperanza de protegerse. Un FMS tradicional puede utilizar varios métodos para detectar el fraude en las SIM Boxing, como por ejemplo:
- Perfiles de clientes
- Análisis de terminales
- Control de uso
- Medición de los ratios de tráfico entrante y saliente
- Quejas de los clientes por la inexactitud de los identificadores de llamadas
- Llamadas de prueba dirigidas desde redes fijas a redes GSM
Una vez detectadas, los operadores pueden cerrar las tarjetas SIM fraudulentas. Sin embargo, cada uno de estos métodos tiene sus deficiencias. Por ejemplo, las llamadas de prueba son costosas y algunos estafadores son bastante sofisticados ya que incluso permitirán que un operador detecte cierta cantidad de sus SIM para darle falsa confianza de que está detectando y deteniendo el fraude, mientras que al mismo tiempo oculta el alcance total de su operación de SIM Boxing.
Los FMS tradicionales sencillamente carecen de la tecnología necesaria para eliminar el fraude de las SIM Boxing de forma definitiva, antes de que se produzca. Uno de los principales problemas es que un FMS tradicional adopta un enfoque reactivo para detener los ataques de fraude.
Tras analizar los datos recogidos en las llamadas de prueba y otras medidas, los operadores pueden actualizar los cortafuegos y ajustar otros protocolos. Sin embargo, al mismo tiempo los estafadores evolucionan y desarrollan nuevas tácticas para eludir estas nuevas medidas.
Este ciclo conduce a un juego del gato y el ratón en el que los estafadores mantienen continuamente formas de infiltrarse en las cadenas de llamadas y eludir las interconexiones. Éste es el problema general al que se enfrentan los operadores cuando intentan detener cualquier forma de fraude de interconexión bypass.
Veamos también las
otras dos formas más comunes de interconexión bypass.
A continuación, explicaremos la tecnología moderna que los operadores pueden disponer hoy en día para garantizar el 100% de protección contra todas las formas de interconexión bypass.